La fundadora de PETA quiere que su piel se convierta en un bolso de lujo

Trabajar en periodismo de moda es caer en una emboscada con asuntos sensacionalistas como "REVELADO: el perfume favorito de Taylor Swift NO es lo que esperarías" y "EXPERTOS en moda de Boohoo revelan las tendencias FESTIVALCORE más instagrameables". Pero quizás el más desconcertante de esos correos electrónicos llegó esta tarde cuando la organización de derechos de los animales PETA envió un comunicado de prensa detallando la última voluntad y testamento de su fundador. "El presidente de PETA lega la piel a Hermès", decía el asunto, junto con una infografía espeluznante que describe las diferentes partes del cuerpo que Ingrid Newkirk donaría a varias marcas, personas y la oficina central una vez que muera.

Aquí hay una lista no exhaustiva de los beneficiarios: Hermès recibirá una bolsa (o un cinturón) elaborado con piel curada de Newkirk; Salt Bae recibirá sus intestinos; The North Face recibirá su pie; los peluqueros Truefitt & Hill recibirán un cepillo para el cabello hecho con su propio cabello; El rey Felipe VI de España recibirá una oreja; y Crufts recibirá fragmentos de su tráquea. Todo el asunto ha sido catalogado como el esfuerzo final en una lucha de por vida contra algo llamado "especismo". ¿Por qué ser zoofóbico cuando puede solicitar que su pierna amputada se exhiba en el Grand National? ¿Por qué apoyar un sistema de supremacía humana cuando puedes hacer planes para que tu carne sea frita "con cebollas" como parte de una barbacoa de celebración?​​

Según Newkirk, el testamento asegura que su cuerpo "se utilizará para llamar la atención sobre el sufrimiento y la explotación animal innecesarios". Significa los horrores del maltrato animal, como la decisión del Reino Unido de reanudar las pruebas en animales para cosméticos.– será escrito en su propia carne, salvajemente, asado a la parrilla y enviado en bolsas de sándwich envasadas al vacío. También significa que PETA seguirá siendo lo más inquietante posible en sus esfuerzos por captar la atención del público mucho después de su fallecimiento. Pero este decreto final no es solo un intento de engañar a la gente para que coma Quorn, también es un documento conmovedor de un devoto fanático de la Fórmula 1. Hacia el final del testamento, Newkirk revela que le gustaría que partes de su corazón fueran enterradas debajo de los hipódromos de Hockenheim y Silverstone, esos estadios que escupen gasolina, emisiones de CO2 y caucho quemado, como una carta de amor a Michael Schumacher y Lewis Hamilton.